martes, 6 de septiembre de 2016

Miss Marzo


Por lo general, el cine del que suelo hablar en el bloj es de poca calidad, hecho con desgana o de bajo presupuesto. Vamos, que es "malo". Por suerte, lo peor que puede hacerte es darte dolor de cabeza, o hacerte perder el tiempo, vamos, que como mucho intenta engañarte para que lo consumas. Por desgracia, el cine, como todo producto cultural, tiene ideología. Este no es un tema que haya tratado aquí pero, por lo general, el cine viene con mensaje. Desde el claro mensaje social en películas evidentes, hasta uno más sutil, más escondido. Esto puede dar lugar a cosas realmente grandes (por ejemplo: la influencia de la guerra fría en el cine de terror), pero también a cosas de las que tenemos que huir. Y ojo, no me malinterpretéis, no creo que el mensaje anule la calidad de la peli, hay grandes pelis con un transfondo muchas veces abiertamente racista, machista o fascista en general, muchas veces implícito en la época en la que se hizo la peli en cuestión (a veces no hace falta ni que sea una gran peli. Por ejemplo, las pelis de acción tiene un compomente claramente de derechas, pero por ello son entretenidas. Si os interesa esto, en Vicisitud y Sordidez se habla mucho mejor de lo que podría hacerlo yo nunca.) El problema es cuando entramos en temas más peliagudos. Un adulto ya suele tener la cabeza suficientemente formada para tener espíritu crítico y poder ver que mensaje le están tratando de vender y decidir si se lo traga o no. Por desgracia, un niño o un adolescente no tiene ese espíritu crítico. Así pues, es preocupante ver como, películas creadas para un target adolescente, son abiertamente machistas. Ejemplos podemos pensar muchos, y hoy os traígo uno de los más preocupantes: Miss Marzo

La peli empieza con dos chavales que encuentran el Playboy del hermano de uno de ellos. Uno lo flipa la hostia, pero el otro se santigua. 10 años después, en el último año de instituto, uno es un pajero que se dedica a acosar a las mujeres, mientras que el otro ha hecho la promesa de llegar virgen al matrimonio. Aquí ya podemos empezamos a ver lo que comentaba antes, de que pie cojea la peli. Nos presentan a dos personajes completamente opuestos, uno es un pringao, virgen por propia decisión, que prácticamente tiene que huir de su novia desesperada. El otro es un acosador, un hijo de puta sin moral que ve a las mujeres como objetos. Y me diréis, bueno, en ningún caso se estrá presentando a ninguno de los dos como ejemplos a seguir, pero hay que tener en cuenta no sólo que se nos presenta una dicotomía: o acosas a las mujeres o eres un virgen pringao. Además, el resto de personajes masculinos presentan esta característica: o cosificas o eres un pringao.

Pero sigamos. La noche del baile, Eugene, el virgen, ve como no puede retrasarlo más y decide acostarse con su novia. Por desgracia, para calmar los nervios, se toma unos chupitos y se cae por las escaleras, quedando en coma por cuatro años. (Pequeño inciso: estoy saltando todos los chistes de caca, mamadas y demás por vuestro bien). Al despertarse, descubre que sus padres se han mudado y que su novia se ha convertido en una playmate. Obviamente (¿?) deciden irse a la mansión Playboy a buscarla. (Todo esto mientras nos intercalan escenas de Tucker, el acosador, seguir acosando y, ¡sorpresa! teniendo una novia que está buena y, además, es molona. Vamos, que pringao virgen en coma con ex-novia playmate, acosador le va todo bien)

Tucker secuestra a Eugene en plena noche, con este aún convaleciente y casi sin poder moverse porque la lía (esto es, después de hacernos ver que con un poco de alcohol las mujeres se convierten en strippers profesionales, le causa un brote de epilepsia a su novia mientras le está haciendo una mamada y le clava un tenedor en la frente). Tras unos momentos realmente patéticos de viaje (que incluyen más chistes de cacas, a Tucker comportándose como un cabrón otra vez, un sueño en el que básicamente dicen que ser playmate es ser una puta y que, misteriosamente, Eugene pueda moverse con fluidez pese a tirarse cuatro en años), los chicos van a ver a su colega PollaCaballo.com para que pueda colarlos en la mansión Playboy. PollaCaballo.com es un rapero, lo que nos da una excusa enseñarnos que las mujeres sólo esperan desesperadamente que alguien les eche un polvo (y de regalo, un frase "Las mujeres siempre te van a pedir más, te van a quitar todo. Por eso lo único que debes darles es polla, eso no te lo pueden quitar").

Sin embargo, el viaje de PollaCaballo.com acaba mal cuando descubren que se ha acostado con Cindy (esto no lo había dicho, pero se entiende que es la ex de Eugene). Por el camino (ATENCIÓN) los recogen unas autostopistas lesbianas ninfómanas (ya sabemos, chicos, las chicas sólo quieren follar) así que consiguen llegar y se cuelan disfrazados de bomberos (esto viene de una subtrama que no he explicado y que a estas alturas no lo voy a hacer). Ya en la fiesta pasan cosas guays como que una mujer bebe pis de perro o que una tía abra una cerradura con la lengua, hasta que Eugene se encuentra con Cindy y Tucker con Hugh Hefner. Hugh Hefner le dice a Tucker que no importa la belleza o la cantidad de relaciones que tenga porque (ojo) hay una conejita en el fondo de todas las mujeres y si consigues verla triunfarás. Eugene deja uno de los discursos más machistas que se recuerdan en años, pero Cindy le contesta que se metió a playmate para pagarle el tratamiento. Al final, ambos les piden perdón y les dicen que las quieren y, obviamente, estas les perdonan (porque claro, da igual lo machista, cabrón o hijo de puta que seas con ellas, si les pides perdón da igual todo). Y Fin.

 5 tunkas. Tan mala que no merece ni fotos.

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