martes, 18 de junio de 2019

Romina




Cuando nació este blog, lo hizo con una intención muy clara: hablar sobre el cine malo. Me interesaba qué era el cine malo, qué se podía considerar malo, qué creía la gente que era el cine malo, qué tipos de cine malo había y, sobre todo, por qué existía el cine malo. Con el paso del tiempo, y a base de ver películas mala, llegué a dos conclusiones: la primera, que demonizar el cine malo era ridículo y, además, muchas veces (yo mismo) se caía en la soberbia al hacerlo. Vaya, que, como se suele decir, hacer una película no es fácil y, a veces, podías ver mimo sumado a falta de talento, otras 2 pesetas y medias y "es lo que hay", otras muchas prisas por sacarlo ya para intentar sumarte a una ola y otras tantas miles de manos, productores que no saben muy bien de que va la cosa y, sobre todo, kilos y kilos de droga. Vamos que, a base de ver pelis, les coges cariño y es más difícil ser ácido o profundamente crítico destructivo con ellas. La segunda conclusión que le robé vilmente a Paco Fox a la que llegué es que, al final, qué es el cine malo es una cosa profundamente subjetiva. Es decir, la teoría de valores. Si queréis saber más en profundidad lo que es, hablo de ella aquí y el jran Paco lo hace aquí, pero a grandes rasgos es que, tú, con el cine (igual que con todas las artes) les asignas unos valores y los calificas (me gusta, no me gusta, me da igual, por ahí no paso). Al final, una película mala es la que tiene más "no me gusta" que "me gusta" y algún que otro "por ahí no paso". Y a todo esto, ¿dónde quiero ir a parar? Y no, no quiero su pelo (sí, acabo de meter una referencia viejísima porque yo empiezo a ser ídem). Fácil. Tras mucho pensarlo y mucho, mucho tiempo con esto estancado (y no solo porque el blogging este muerto), he decidido volver, pero de una manera diferente. ¡Se acabaron las reseñas donde explicaba las pelis enteras sin puta gracia! ¡BIEN! ¡Comienzan las reseñas turras donde digo por qué valores considero yo que la peli es mala y, además, lo hago sin puta gracia! ¡NOOO!

Así pues y, como no podía ser de otra manera, volvemos con una peli ANODINA: Romina.